La transformación por la transformación no funciona o cuando menos arroja resultados mediocres para la empresa. Es decir, mientras las empresas cambien simplemente para mantenerse al día, para cumplir una cuota interna de productividad; vivirán permanentemente en un estado de transición. De hecho, dada la velocidad a la que se implementa la innovación implica estar siempre un paso atrás.
En cambio cuando la Transformación Digital se da con un objetivo claro y con visión de futuro, como el crecimiento, la innovación o la reinvención del negocio, se tienen muchas más probabilidades de éxito. Tener este tipo de propósito compartido facilita la coordinación de esfuerzos entre múltiples equipos y funciones, y también es más convincente para los empleados que suelen resistirse al cambio.
Por eso es tan importante que los esfuerzos de transformación inicien en los directivos, ya que al apropiarse de la visión y propósito para la transformación de la empresa, será mas fácil implementarlos hacia dentro de la organización.
Las empresas promedio centran sus esfuerzos de transformación principalmente en infraestructura y procesos tecnológicos pero por otro lado, las empresas exitosas aprovechan ese enfoque en la tecnología al servicio de crear grandes experiencias para sus clientes y empleados.
Para los clientes de la empresa esto significa un mejor contenido, mensajes personalizados y procesos digitales eficientes que les ayudaron a ahorrar tiempo y esfuerzo y desde luego a una mejor entrega de valor
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Mucho de esto también se aplica a los empleados, que ahora tendrán mejores herramientas para colaborar y ser productivos.
Una Transformación Digital con propósito, habilitará empresas mucho mejor preparadas para asumir la siguiente fase de transformación. Recuerda: lo único que es permanente es el cambio.