OBJETIVO | El reto del proyecto radicó en construir una marca que no hiciera referencia al mercado nacional boliviano y pudiera posicionarse como una bebida premium. El objetivo era llegar al segmento (hombres y mujeres C+B + 35) de una forma diferente tanto en lo visual como en lo conceptual.

SOLUCIÓN | En el mercado boliviano existe un paradigma en cuanto a diseño de envase se refiere; es un tanto tradicional; por ello era importante apostar a una imagen cuyo lenguaje fuera más simple. Los elementos del yoga fueron ejes rectores para toda la propuesta; de dicha disciplina se extrajeron líneas sugerentes, armónicas y estéticas que crean una atmósfera de tranquilidad y ritmo.

Dentro de la naturaleza existen muchas fuentes de inspiración pero sólo algunas ad hoc a nuestro concepto. Se usaron aquellas que cumplían con dos principios: grupos compuestos de pequeños elementos y elementos flotantes. La más grande diferencia de la marca es su esencia de chía, por ello, este elemento fue un eje rector para los elementos formales y búsqueda de la solución gráfica/visual.
Una línea de exploración para lineamientos visuales y creativos fueron las partículas orgánicas que se encuentran en la naturaleza, mismas que tienen un comportamiento rico e ilimitado. Se organizaron los elementos formales para transformarlos en una propuesta sólida para la identidad de la marca.